La misma mañana del desayuno navideño tuvimos en el cole una gran sorpresa. Sus majestades, los Reyes de Oriente, se acercaron a nuestro centro a visitar a los niños y niñas repartiendo chucherías, magia e ilusión. Las caras de los más chuiquitines eran un poema mientras les entregaban sus cartas que iban a parar al buzón real. Seguro que los Reyes dieron buena cuenta de ello y ya están preparando el cargamento para la noche del 5 de enero. ¡Ya queda menos!
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