Esta mañana nuestro centro se ha unido al dolor y repulsa que viven hoy familias, alumnos y docentes de todo el país que aún no comprenden que una persona pueda perder la vida en manos de a quien se la dedica todos los días. Por ello, las clases han cerrado sus puertas media hora antes y el patio ha acogido la lectura de un manifiesto de denuncia y apoyo a cargo del Ampa, alumnos y profesorado. La risa de los niños ha dado paso al silencio, el mismo silencio que a partir de ahora habitará en las aulas del instituto Joan Fuster de Barcelona, donde su voz ya nunca será escuchada. D.E.P.
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